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Ser emigrante incluye muchas cosas

Ser emigrante incluye muchas cosas como, por ejemplo, estar siempre pendiente de tu tarjeta para estar legal en el país. La idea es que no se te pase la fecha de finalización. El próximo mes me tocará ir de nuevo a Migración para tramitar mi renovación y espero que esta vez sea más sencillo.

Ser emigrante también incluye que algún día del mes te sientas más nostálgico, más triste. Puede deberse a varios factores: que hayas hablado con tu familia, que en un momento determinado tengas un recuerdo específico de algo o, simplemente, porque sabes que es fiesta en tu pueblo o en tu ciudad y te acuerdas. Todavía no he conseguido descubrir la fórmula para que no me ocurra. Sin embargo, ella lo entiende y me ayuda a superarlo. Ella me mira a los ojos, me acaricia y me dice: "on estigues tu, estaré jo". Es el momento perfecto para decirle: "Areli, jo t'estime".

Y es que ser emigrante es como ese niño que todavía no sabe caminar y lo intenta. Tratas de entender cómo es la cultura de tu nuevo país, tratas de aprender qué hacer para adaptarte lo más rápido posible...y muchas veces lo consigues, otras no. De momento sigo sin poder comer mucha comida picante y sigo sin poder conducir con tranquilidad por el DF.

Sin embargo, la  Ciudad de México no te deja indiferente, sobre todo si vas por el centro. Es posible que te cruces con una familia que vaya con un excusado, con un váter en la mano, o que te encuentres a más de uno disfrazado, o que haya tanta gente que te sientes como algo muy pequeño y sin importancia. Es el momento perfecto para echarte a un lado, sentarte y fijarte en la gente: personas de todo tipo, de toda condición caminan en dirección al Zócalo.

Una de las cosas que me sigue ocurriendo es que tropiezo por la calle. O bien lo hago con personas o contra cosas. Es normal en mí estar mirando de frente y golpearme contra alguien. No sé si es que no camino bien o cuando lo hago pienso en otras cosas, pero así es. También me suelo golpear contra cosas. Eso sí, todavía sigo sin hacerme un esguince cuando voy por la acera.

He vuelto a correr. Posiblemente alguien se sorprenda que diga eso. Pues sí. He llevado un tiempo parado, que ha coincidido con la temporada de lluvias. Aunque es una excusa. Es algo que suele ocurrir a los que corremos con asiduidad. Llega un momento que no sientes las ganas de hacerlo o que no tienes la motivación. En mi caso, puede ser una mezcla de lo que digo y también que prefería ocupar el tiempo libre en otras cosas. Sin embargo, de repente, llega ese día y vuelves a la carga. Seguiremos informando.