Esperaba un inicio de campaña electoral típico. La tradicional pegada de carteles y las sonrisas pertinentes de unos y otras darían inicio a dos semanas aburridas, en las que los partidos políticos sólo saben vender humo y poco más.
Pero la decisión del Tribunal Constitucional (TS) sobre Bildu ha trastocado los planes a más de uno/una. Tanto el PP como el PSOE estaban convencidos que el hecho que Bildu no se presentara a las elecciones podría ser positivo para sus resultados en las autonómicas y municipales porque, al fin y al cabo, de eso se trata, de sacar rédito electoral con el tema vasco.
Diría que la decisión del TS nos da la esperanza de creer que la justicia puede actuar de manera independiente si se lo propone. Con Bildu en las elecciones municipales de Euskadi se despejan dudas acerca de si el nacionalismo español es tan fuerte como lo pintan o si, en alguna ocasión, también pierde. En este caso ha perdido en favor de la democracia, porque creo que el tanto por ciento de vascos y vascas que se sienten representados por Bildu tienen derecho a eso, a votarles, como lo haremos nosotros y nosotras en otras zonas.
Algunos tertulianos y tertulianas y partidos como el PP ya han afirmado que con la decisión se está dando un paso atrás en la lucha contra el terrorismo. ¿No creéis que es un argumento cansino? ¿No es hora de decir basta y que dejen el tema de terrorismo como rédito electoral? A mí me importa hablar de la imposibilidad de que Francisco Camps quiera tener debates cara a cara, de la hipocresía de Esperanza Aguirre cuando dice que los imputados que hay en su lista lo son por chorradas, o de que se pueda acabar con la moda de ciertos partidos de no querer que se les pregunte en las ruedas de prensa.
