Nunca hubiese imaginado que un solo papel te pueda ayudar a ver las cosas de otra manera. Pero es así. No sé por qué, pero los que hemos emigrado le damos mucha importancia a los papeles. Supongo que será porque la burocracia se rige mediante el papel. Hoy estoy escribiendo estas palabras con una sonrisa en la cara porque por fin ya tengo el permiso temporal de trabajo. No sé si con él se me abrirán más puertas, pero me siento más tranquilo y relajado.
No puedo decir lo mismo -estar relajado- cuando sobre las 15:30 horas de la tarde escucho un grito que dice: "¡Gaaaaaaaassssss!". Los del gas van casa por casa para que contraten una determinada cantidad de dinero. Cuando se te acaba puede ocurrir que sea por la tarde y ya tengas que esperarte hasta el día siguiente. También puede ocurrir que haya una obra al lado de tu casa y te quedes sin agua porque ellos la están utilizando.
Sin embargo, sí que te relaja cuando voy a comprar algunas cosas en la tienda de abarrotes que está a unos 100 metros de mi casa. Cuando entro, se para el tiempo. Me quedo mirando y mirando mientras la dependienta me mira con una sonrisa. Podría estar allí 3-4 horas y la mujer no me diría nada. El otro día me preguntó si era extranjero. Le dije que sí y entonces me contestó: "Ah, últimamente hay muchos por aquí, sobre todo españoles".
Los mexicanos siempre me dicen que una cosa es el DF y otra la provincia. La verdad es que no he tenido la suerte de viajar lo que me hubiese gustado. Mi objetivo es hacerlo siempre que pueda. Mientras tanto, trato de vivir la ciudad lo máximo posible, sobre todo a nivel musical y cultural. Tuve la suerte de poder asistir al Corona Capital, un festival de música independiente. Me lo pasé muy bien porque pude disfrutar de grupos que nunca han ido a España hasta el momento. Fue una sensación de libertad, de pasar de todo, de decir "ya me toca disfrutar, joder".
Ahora bien, tampoco tengo derecho a quejarme. Creo que desde que estoy en México he aprendido a no quejarme tanto. Sí que es cierto que, en general, los mexicanos no se quejan, tienen un carácter mucho más amable y son más cariñosos. Y también es verdad que a veces he tenido malentendidos por culpa de la diferencia cultural existente entre España y México. Lo que yo puedo entender como normal o como algo en concreto puede que no sea así para un mexicano, y viceversa.
También estoy de enhorabuena porque vuelvo a empezar a sentirme bien a la hora de correr. Mi adaptación a la altura ha sido rápida y puedo respirar mejor. Me siento más ligero y puedo llevar ritmos más alegres. Sin embargo, necesito marcarme un objetivo. En principio quiero correr el Maratón de Roma o cualquiera de Europa durante el 2014, pero tengo que decidirme. Seguiremos informando.
Blog personal en el que hablo de mi experiencia como emigrante en México y como responsable de Marketing Digital.
Con el permiso ya no eres un cero a la izquierda en Ciudad de México
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Soy inmigrante, ¿y qué?
Me permitiréis que en este post no hable de las aventuras y curiosidades que me ocurren por México. Hoy quiero escribir sobre el hecho de que soy inmigrante. Hace unos días un joven valenciano explicó, con rabia, que está teniendo dificultades para encontrar un trabajo relacionado con sus estudios y que ahora está en Londres trabajando de lo que puede. Sus comentarios tuvieron mucha repercusión en las redes sociales, hasta el punto de que fue entrevistado por diferentes medios de comunicación y, también, fue motivo de crítica por parte de ciertas personas.
Esas críticas, de manera indirecta, también me afectan. Fueron palabras muy fuertes para alguien que, simplemente, trata de trabajar en aquello en lo que se ha preparado durante unos años de estudios. Desde aquí, desde México, quiero defender a este chico porque yo me siento representado por él. Es cierto que tengo unos años más que él (tengo 37 años); es cierto que he tenido la oportunidad de trabajar en España en mi profesión, el periodismo; es cierto que ahora tengo un trabajo relacionado con lo mío (no del todo, pero casi). Pero, a pesar de todo, me he tenido que ir de mi tierra para poder trabajar en lo que me gusta, en lo que estudié, en lo que trabajé durante más de 10 años.
Nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a criticar a alguien que quiera buscar su sueño, que quiera trabajar en lo que ha estudiado, en lo que le gusta. Recuerdo que antes de decidir marcharme a más de11 horas de distancia, hubo gente que me comentó que por qué no buscaba un trabajo de lo que fuera mientras se solucionaba la situación. Mi contestación fue: "¿Por qué debo renunciar a mi profesión por la crisis? ¿Por qué no puedo luchar por seguir desarrollándome como periodista? ¿Por qué tengo que quedarme de brazos cruzados, trabajar de lo que sea, amargarme, deprimirme más de lo que estoy?"
Sí, soy inmigrante, ¿y qué? Sí, no quise trabajar de lo que fuera en España y decidí probar suerte en otro país para trabajar de lo que sé, de lo que me gusta. ¿Y qué? ¿Acaso una persona no es libre de buscar su felicidad, de buscar su sueño, de tener un objetivo y conseguirlo? No pasa nada si digo que soy inmigrante, porque lo soy. Y no lo digo en el mal sentido, sino todo lo contrario. Ser inmigrante me ha permitido desdramatizar muchas cosas, he podido conocer otra cultura, he vivido situaciones surrealistas que no olvidaré en mi vida, he notado la solidaridad de la gente que realmente te quiere, he podido comprobar la alegría de personas cuando me han vuelto a ver...Sí, soy un inmigrante porque vine a trabajar a otro país, porque vine a seguir con mi profesión, porque vine a buscar un sueño.
Este post va dedicado a todos los jóvenes y no tan jóvenes que han decidido ser valientes, que han preferido trabajar de lo que sea a estar en casa sin hacer nada, que han preferido buscar su sueño o que han querido seguir con su profesión en otro país porque España no les da esa oportunidad. Nosotros no somos los culpables y tampoco queremos que se nos criminalice por una decisión personal. Ánimo a todos porque el futuro es nuestro.
Cuando la gente me pregunta si quiero volver, esto es lo contesto: "Claro que quiero volver. Es mi mayor deseo. Daría lo que fuera por encontrar un trabajo en España y estar cerca de los míos". No puedo negar que en México he pasado momentos malos, momentos de soledad, de nostalgia, de no poder solucionar los trámites migratorios, de pensar, pensar y pensar. Pero sigo aquí porque mi máxima ilusión es trabajar como periodista y no quiero estar en mi casa de Valencia mirando a la pared, deprimido, que mi familia se preocupe, que mis amigos me consuelen. Sé que todo depende de mi situación personal, porque hay momentos en los que lo enviarías todo a la mierda, pero voy a seguir intentando estar bien, voy a seguir buscando lo que quiero hasta que no tenga más fuerzas. Espero y deseo poder estar pronto en mi tierra. Eso significaría que vuelvo a sentirme periodista en España.
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