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Imágenes que no se olvidan en México

Tras unas semanas sin decir nada por aquí, vuelvo con mis historias mexicanas y con el compromiso de no ser un pesado. Han pasado muchas cosas desde la última vez que me dirigí a vosotros, pero no sé por dónde empezar. Creo que improvisaré sobre la marcha.

Por ejemplo, la primera imagen que se me viene a la cabeza es la de una farmacia en Acapulco. Y la recuerdo con una sonrisa en la cara puesto que me quedé sorprendido al ver a una mujer con un micrófono anunciando lo que allí había, como si fuera una parada de una feria donde venden boletos para jugar a la rifa.

Y es que Acapulco no pasó inadvertido por mí, tanto en sentido negativo como en positivo. Ya me habían comentado que ya no es lo que era y, efectivamente, me decepcionó puesto que me pareció que estaba en Benidorm. Sin embargo, lo que más me gustó fue la estética de los autobuses. Tanto por fuera como por dentro muchos de ellos estaban grafiteados y en todos ellos tenían la música a toda pastilla.

Siento que este post es un poco raro, puesto que la siguiente imagen que aparece en mi mente es la de un sábado por la mañana en el DF, en concreto en Polanco. Creo que ya os dije que este barrio es muy pijo y no me gusta. Pero a lo que voy es que algún sábado que he ido a dar una vuelta por allí he podido comprobar los desayunos que se come la gente. Y no estoy hablando de las 9 de la mañana. Perfectamente pueden ser las 12 del mediodía y las personas siguen desayunando unos platos muy abundantes. Ahora entiendo que en México no existen los horarios en la comida puesto que si a las 12 estás desayunando, posiblemente comas a las 5 de la tarde.

De los desayunos mi cabeza me lleva a Teotihuacán, uno de los sitios que hay que ir sí o sí si estás en el DF. Habréis podido comprobar que en las últimas semanas he podido viajar. Pues bien, la imagen que tengo de esa ciudad prehispánica es la gran cantidad de vendedores que existen allí y que no dejan de preguntarte si quieres comprar. Hasta tenía miedo de subir a la Pirámide del Sol, la más alta de las tres que existen en Teotihuacán y encontrarme allí arriba a algún vendedor. Lo curioso es que fuera del recinto, en una zona para comer, fue cruzar la carretera y enseguida vinieron unos meseros (camareros) como moscas a ofrecernos un sitio donde comer.

Sin embargo, una de las imágenes que más me ha impactado últimamente es que un indigente se enfadara conmigo y me insultara porque no le di nada. No supe qué decirle. En el DF hay bastantes personas que piden, pero lo suelen hacer con respeto. De la misma manera, la gente que vende cosas por la calle también te respeta puesto que, si le dices una vez que no quieres nada, no suelen insistir.

Y ya que hablo de vendedores ambulantes, una imagen que me encanta es la de los vendedores de periódicos en los semáforos. Van vestidos con el equipaje del medio de comunicación al que representan. Cada vez que los veo me alegro puesto que demuestran que un país llamado México sus habitantes sí que compran el periódico y lo leen, y rompen la teoría de que la prensa está muerta con la llegada de las nuevas tecnologías.

Por lo demás, tras enrollarme un poco, sigo con mi rutina de ir a trabajar y de cobrar cada quince días. En España también deberían implantar ese sistema y no esperar a final de cada mes. De manera paralela, sigo con mis entrenamientos y con mi adaptación a la altura. Pero no os penséis que me he librado de los mocos. Para nada. Sigo con la nariz tapada. Pero esa es otra historia. Seguiremos informando.

2 comentarios:

  1. o también puedes cobrar por semana, que luego hay empresas que si cobras por quincena, cobras menos cuando la quincena tiene 16 días (los meses con 31 días), sin embargo si es por semana, siempre cobras siete días

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  2. Hola Mexiñol. Pues tienes razón. De momento me están pagando por quincena. Saludos y gracias por leer mi blog.

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