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Las peluquerías de Ciudad de México

Uno de los momentos más divertidos es cuando tengo que ir a la peluquería. Me siento como alguien importante porque así te lo hacen sentir. Desde que estoy en Ciudad de México he ido a 3 peluquerías diferentes y no sabría decir cuál de ellas ha sido la mejor en cuanto al trato. El procedimiento suele ser el siguiente: llegas y de repente se levantan dos o tres personas para atenderte; enseguida te ayudan a quitarte la cazadora y te preguntan si quieres algo para beber y te acompañan al lugar donde te van a cortar el pelo; te sientas, te dan la bebida y a empezar.

Lo más sorprendente de todo es que en dos de las tres peluquerías la persona que se encargó de cortarme el cabello nunca habían trabajado como peluqueros sino que ahora lo hacían porque era un trabajo que encontraron. Lo malo es que siempre me lo dijeron cuando ya llevaban medio trabajo hecho. Eso sí, todos coinciden en cortártelo de manera más lenta, más pausada que cuando estaba en Valencia. Al final te enseñan el corte por detrás y si estás contento ya terminaste.

Normalmente todos suelen ser simpáticos, así como también los camareros. Pero siempre existen excepciones. El otro día, en el restaurante que está en la Torre Latinoamericana (fue el edificio más alto de México hasta hace unos años), llevé a mi padre y mi hermana para que vieran las vistas de la ciudad desde allí. Vino un camarero y le pedimos tres refrescos. El chico vino, nos las dejó y ya no volvimos a saber nada de él hasta que pedimos la cuenta. Puesto que en México es habitual dar propina, también puedes tener la libertad de no darla si crees que no te han tratado bien. En este caso pensé que el chico no había hecho nada extraordinario para que le diese la propina y no se la di. Inmediatamente vino detrás de mí y me dijo lo siguiente: "Usted no ha dejado propina y debe hacerlo". Mi contestación fue: "Bueno, creo que el servicio que has dado no ha sido extraordinario y he decidido no darte propina". El chico se enfadó y me recriminó que no había hecho nada malo. Al final le di la propina.

Reconozco que son situaciones incómodas porque nunca sé cómo actuar y porque me sigue costando aceptar que debo dar propina. Pero hay veces que no se la merecen. Sin embargo, en la gran mayoría de ocasiones, los camareros se exceden (para mi gusto) en el trato, así como también los taxistas cuando subes y empiezas a hablar con ellos. Lo curioso es que cuando llegas a tu destino y les pagas, te despiden rápidamente como si la conversación anterior no hubiese existido.

Esta semana tuve que viajar a Monterrey por cuestiones de trabajo. Era un día y no pude ver mucho de la ciudad, pero la conclusión que saqué fue: calor y feo. Se trataba de un calor sofocante, como si tuvieras una estufa cerca de tu cara en todo momento. Y las partes de la ciudad que pude ver no me dijeron nada: todo muy industrial y algo sucio. Pero me sirvió para sentirme de nuevo periodista puesto que entrevisté a un futbolista profesional mexicano. Esos momentos son los mejores y creo que se me nota cuando lo estoy realizando porque incluso cuando estoy preguntado al entrevistado, noto que levanto más la voz y lo vivo como si fuera mi primera entrevista.

Por lo demás, desde que cambiaron la hora en México, noto que respiro mejor cuando corro. Ya puedo hacer entrenamientos a un ritmo más alegre y no se me carga tanto el pecho. Ahora puedo disfrutar más a pesar de que mi lugar de entrenamiento es una calle que se llama Ámsterdam y que era un antiguo Hipódromo. Es una vuelta de 2 km. La sensación que tengo es la de que soy el pesado de turno que ya ha pasado 3 ó 4 veces mientras alguien está en una terraza tomándose una cerveza. Para mí, lo importante es que las piernas las noto sueltas, ligeras y mi respiración va mejor. Seguiremos informando.

6 comentarios:

  1. Pues si te has acostumbrado a correr por el DF, cuando vuelvas a correr en España te vas a sentir Supermán. En el pequeño tramo de bosque que hay entre Chapultepec y Polanco hay una pequeña pista que está numerada y toma justo un 1km. Es de tierra y las rodillas no sufren tanto, además que está iluminada por la noche y como hay más gente corriendo no te sientes un marciano. Si no la localizas escríbeme jsanchez@ffvideosistemas.mx.

    Por cierto, muy acertada la entrada, me he sentido totalmente identificado.

    Saludos!

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  2. Hola Juanjo. Muchas gracias por tu información. Me servirá de mucho. Me alegro de conocer a otro runner. En breve te escribo. Saludos y gracias por leer el blog.

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  3. Hola,
    yo he estado un par de veces en México por periodos de dos meses en Puebla y he ido también alguna que otra peluquería.
    la verdad que lo hacen muy bien pero son muy lentos, has de ir con mucha paciencia y sin prisas o desesperas.
    Es cierto que el trato es inmejorable tanto en restaurantes como en peluquerías etc...Lo de las propinas a mi me revienta, no por dárselas a los camareros/as porque se portan tan bien que me nace hacerlo, es porque sabes que se lo estas ahorrando al empresario.
    Bueno espero que te siga yendo bien por el allí.
    Saludos

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  4. Hola Pury. Muchas gracias por leer mi blog. Me pasa lo mismo que a ti con el tema de las propinas pero debo aceptarlo. De momento trato de adaptarme lo mejor posible. Saludos y hasta pronto.

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  5. Hola Toni,
    Es una lástima que no hayas tenido oportunidad de conocer realmente Monterrey, es una ciudad muy atractiva muy distinta al resto de México principalmente a la capital. Difiero contigo ya que Mty es una ciudad moderna, activa y con mayor capital en México .
    Yo soy originaria de ahí, y por mi experiencia es como si compararas Madrid con Barcelona cuando son completamente distintas.

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    1. Hola Gaby Botello. Gracias por leer mi blog. Solo estuve un día y no puedo hacer un análisis exhaustivo, pero lo que vi no me gustó. Estoy seguro que si estuviera allí más tiempo y conociera todo lo que dices, acabaría agradándome. Un saludo.

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