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Visita familiar y mucho más en Ciudad de México

La verdad es que no me puedo quejar. No he estado solo en Semana Santa y Pascua porque mi hermana y mi padre vinieron a visitarme. La presencia de mi padre no estaba prevista o, al menos, yo no lo sabía, pero me encontré con esa sorpresa cuando fui al aeropuerto para recoger a mi hermana. No supe cómo reaccionar, me quedé de piedra.

Lo malo es que no pude estar con ellos el tiempo que hubiese querido porque trabajaba. Sin embargo, ellos se movieron por la ciudad como pez en el agua. Y la conclusión es que les gustó México por sus contrastes. La primera opinión que tuvieron es la siguiente: "aquí siempre están comiendo". La segunda opinión fue: "el DF se parece mucho a Estambul; mucha gente come en la calle, el caos circulatorio es parecido..."

Una vista de Ciudad de México desde el Castillo de Chapultepec


Ahora que ya han vuelto a Valencia, mi preocupación es acabar de acostumbrarme a los tiempos, al ritmo y al carácter de los mexicanos. Sé que pasa por mí y hago todos los esfuerzos necesarios para estar lo mejor posible aquí. Precisamente hace dos días que cumplí 7 meses en Ciudad de México y han pasado muchas cosas. No sé cuándo volveré a ver a mi familia y a mis amigos, pero espero poder hacerlo en verano.

Mientras tanto, sigo utilizando la Ecobici para ir al trabajo y me siguen sorprendiendo las conversaciones que tengo con los taxistas. La última fue bastante surrealista porque el señor, cuando me oyó hablar, me preguntó qué hacia un español en México. Le dije que buscarme la vida como podía. Su respuesta fue: "¿estás de ilegal? Si es así lo tienes muy fácil, cásate con una mexicana y todo arreglado. Luego te separas y ya". Ya no sólo me lo dicen en Migración, también en los taxis. Posteriormente el señor me dijo que era químico y que ganaba más dinero como taxista. Todo muy surrealista.

También es bueno acostumbrarse a que te digan que prefieren no tener una novia o un novio que viva a la otra punta de la ciudad, que te recomienden que le pongas chile hasta en lo dulce o que te pregunten si México me está tratando bien. También es bueno acostumbrarse a que te hablen de marcas y marcas de cerveza y que vayas probando cada vez una diferente. Ahora ya puedo decir que me gusta la Negra Modelo, la Pacífico y la Indio.

Por otro lado, es curioso observar cómo me la juego cada vez que utilizo la bicicleta. Es una manera de conocer cómo se conduce en esta ciudad. La clave es ser listo, avanzarte a los hechos, estar mirando constantemente, tratar de no utilizar una avenida con muchos coches y tener suerte. Al final uno se inmuniza y trata de no pensarlo. Ir en bici es una forma de desahogo, de ver la ciudad desde otra perspectiva. De la misma manera que cuando corro, veo las cosas de otra manera. Seguiremos informando.

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