Llegar a una nueva ciudad siempre es complicado. Y si se trata de Ciudad de México todavía más. Sin embargo puedo decir que la segunda semana en DF ha sido mucho mejor que la primera, a pesar de que, como novato, he tenido algún que otro contratiempo.
La sensación es la de sentirme en medio de una selva pero con personas y coches. También es cierto que las amistades que vas adquiriendo te ayudan a digerirlo. Es el caso del matrimonio formado por Eduardo y Maria Luisa. Ellos me han adoptado de manera temporal hasta que encuentre una habitación y me están ayudando mucho. Se lo debo todo.
Mi propósito es moverme cuando encuentre un trabajo porque, como dije, las distancias son muy largas y lo conveniente es vivir cerca de donde vayas a trabajar. Mientras sigo haciendo contactos y entrevistas, también me da tiempo para conocer mejor la ciudad y la forma de ser de los mexicanos.
En dos semanas he aprendido dos cosas muy importantes. La primera es que si un mexicano o mexicana te dice que algo está cerca es que no lo está. Para ellos algo que esté a menos de una hora es que no está lejos.
La segunda lección interesante, y que hay que tener en cuenta, es que cuando un mexicano o mexicana te dice que algo pica poco es que pica mucho, por lo menos para mi paladar. El otro día fui a una taquería (imprescindible si vives en México) y pedí un taco suave, con poco picante según mis acompañantes. El resultado fue beberme una botella entera de agua en pocos segundos.
Para el novato cualquier cosa diferente le sorprende. Por ejemplo, que en las horas punta del metro haya una zona exclusiva para mujeres y niños, que el boxeo sea un deporte muy practicado por chicas o que para cruzar una avenida o una calle los pasos de cebra no sean importantes puesto que los coches no hacen caso de ellos.
Si seguimos con la odisea que supone cruzar una calle, los semáforos no están colocados como en España y en avenidas importantes sigo sin saber dónde tengo que mirar para cruzar. El otro día casi me atropella un autobús porque invadí su carril sin querer cuando iba a pasar al otro lado de la calle. Además, llevaba la música puesta y no me di cuenta. Menos mal que no iba deprisa y pudo frenar.
Eso sí, los mexicanos son gente amable y dispuesta a ayudar, aunque su ritmo de vida es mucho más tranquilo que el nuestro. Este también es un proceso al que tengo que ir adaptándome, porque estoy acostumbrado a hacer una cosa en el momento en que tengo que hacerlo. Aquí no.
En general me dicen que seguro que voy a tener suerte por estas tierras. Voy a hacerles caso y voy a ser optimista. Para eso he venido, para ser optimista y poder hacer aquellos que me niegan en España. Seguiremos informando.
Hola. M'alegra que et vaja ve per DF. Estime molt Mèxic i és una terra d'oportunitats. El poble mexicà sempre ens ha acollit molt be: Lázaro Cárdenas va acollir als exiliats espanyols. Estic segur que t'anirà tot molt i ara tenim una bona excusa per anar a Mèxic: vore't. Afegix a llista de peculiaritats mexicanes "ahorita vengo" (pot passar un segle), "¿Están ustedes bien armadaos?" y "un quinceaños". Una forta abraçada y molta sort.
ResponderEliminarTe va a ir bien, sólo los papeles tardan un poco, y espero los tengas antes del 12 de diciembre porque, como de seguro ya te han contado, ese día empieza el famoso puente Guadalupe - Reyes y NADIE hace NADA hasta el 6 de enero (bueno, sí se trabaja, pero muy poco. Digamos que es pura fiesta).
ResponderEliminarHola Cristina. Gracias por leer mi blog. Ya veo que eres una experta en México, jejeje. Esperemos que pueda tenerlos antes del 12 de diciembre. Y sobre el tema de la comida intento comer lo más español posible. Saludos.
ResponderEliminar