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La Condesa: un barrio de Ciudad de México con muchos perros

Hoy quiero hablar del barrio en el que vivo ahora en el DF: La Condesa. Una de las cosas que más me ha sorprendido en los últimos días ha sido ver un número importante de establecimientos cerrados por haberse producido un secuestro allí o un homicidio. La verdad es que no estoy acostumbrado a ver letreros de esas características, aunque yo, hasta ahora, no he visto nunca nada raro. Lo curioso es que, al lado, puedes ver a gente bebiendo y bailando como si no pasara nada. A mí me trastoca.

Tampoco es raro pasear por el barrio y encontrarte con una figura que había visto por la tele pero no en vivo y en directo: la del paseante de perros. Recuerdo una película de Cantinflas en la que aparecía haciendo este trabajo y cada vez que veo a alguien acompañado de perros y perros me acuerdo de esa imagen.

Y es que La Condesa es el barrio de los perros. Sea a la hora que sea siempre hay alguien paseando a un canino. Es comprensible si tenemos en cuenta que hay bastantes zonas para hacerlo: el Parque México, el Parque España, calles con paseos por el medio...Para mí no es que sea una gran alegría puesto que los perros me dan mucho miedo y he tenido malas experiencia con ellos mientras corría, pero lo llevo lo mejor que puedo.

También me cuesta correr por determinadas avenidas de La Condesa puesto que hay aparcados muchos coches en doble fila; por lo general se trata de furgonetas que van a dejar bebidas y comida a los numerosos bares que existen en calles como Tamaulipas o Nuevo León. Muchas veces prefiero ir a otra calle, Ámsterdam, y correr allí en círculo; es aburrido pero puedo correr con tranquilidad.

Cuando hablas que vives en La Condesa te dicen que eres un hipster, un gafapasta. Es cierto, en este barrio viven muchos "modernos", muchos extranjeros y gente bohemia (más en la Roma). Lo bueno de este barrio es que hay una gran vida en la calle. Siempre que salgo a dar una vuelta no estoy solo. Las terrazas, los bares, los restaurantes siempre o casi siempre están llenos de gente. Podría decir que es una de las zonas más europeas de Ciudad de México.

Y sí que es verdad que La Condesa es una de las zonas en las que más se notan los temblores. El último que se pudo sentir ocurrió hace unas semanas. Era un sábado por la noche y la sensación fue la siguiente: ruido como de explosión, empieza a moverse todo, primero de arriba a abajo y después de lado a lado. Lo más angustioso del caso es que en ese momento no sabes qué hacer, al menos yo no lo sé. Bajé del edificio en el que vivo (un edificio de 12 alturas) como si me hubieran puesto un cohete detrás. Lo bueno es que no fui el único, aunque luego me dijeron que no vuelva a hacerlo, que intente buscar algún marco de una puerta o acostarme en el suelo al lado de algún objeto, como ahora una cama.

Mientras tanto, sigo entrenando con alegría e ilusión para el Maratón de Berlín. El domingo participé en una carrera de 15 kms. Éramos 6.000 personas, el clima era perfecto para correr y el ambiente era muy bueno. Lo bueno de este tipo de carreras es que nunca estás solo, siempre corres con gente a tu alrededor. Y puedes hablar, dialogar. Yo lo hice con un señor mayor que me comentó que se estaba preparando el Maratón de Ciudad de México y que esa carrera le servía para hacer kms. Lo mismo que yo. Pero él sí que es un auténtico héroe. Me despedí de él y espero volvérmelo a encontrar, pero está difícil. Seguiremos informando.



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