Mientras leo que el paro vuelve a subir en España y que cada vez hay más personas que no cobran ningún tipo de prestación, pienso en cómo me las puedo arreglar para empezar a trabajar en México.
El hecho es que la semana pasada, el canal de televisión que me hizo una oferta decidió, tras mes y medio detrás de ellos, no proporcionarme la documentación que necesito de la empresa para tramitar mi permiso. Alegaron que quieren que trabaje como freelance, como autónomo y que si me dan los documentos se verían obligados a contratarme como parte de la plantilla y no quieren.
Mi pregunta es la siguiente: ¿no sabían que eso ocurriría? Si lo sabían, ¿por qué me han tenido mes y medio dándome largas? Quiero pensar que esta situación tiene que ver con el carácter mexicano, que prefieren decirte cualquier cosa antes que decirte NO.
Tras la noticia traté de reaccionar con rapidez. Contacté con un abogado para ver las posibles opciones y me indicó que podía presentar los papeles como profesional independiente, es decir, como un periodista que ha llegado a México para trabajar. Y en esas estoy. He presentado la documentación correspondiente y ahora tengo que estar a la espera de si aceptan o no mi acreditación y mis documentos.
De manera paralela sigo buscando contactos y entrevistándome con empresas. El otro día fue muy curioso. Me dijeron que iban a hacerme un test psicotécnico, pero que me tranquilizara porque no iba a ser decisivo a la hora de contratar a una persona o a otra. La verdad es que era la primera vez que me enfrentaba a una prueba de esas características y no sabía qué me iba a encontrar. Finalmente se trataba de hacer una serie de dibujos y escribir historias relacionadas con ellos. Tras tres días, todavía me sigo preguntando para qué servirá esta prueba.
A medida que voy conociendo gente tengo la sensación de que muchos mexicanos no acaban de entender por qué estoy aquí. Siempre me hacen las mismas preguntas. ¿Por qué México? ¿Por qué has salido de tu país? Me comentan que ellos no lo harían a no ser que la situación fuera insostenible. Entonces es cuando yo les digo que sí, que porque mi situación era insostenible estoy aquí.
El fin de semana que hemos pasado me ha servido para desconectar un poco del tema trabajo. En México se celebra el día de muertos a lo grande. Desde el 31 de octubre con la noche de Halloween hasta el día 2 en que se recuerda a los muertos. Lo que me gusta de esta fiesta es que los mexicanos desdramatizan la figura de la muerte y eso me gusta. No es como en España, que tratan la muerte desde un punto de vista trágico y carca. Aquí se celebra de una manera festiva. La gente va a los cementerios con su comida y su música para compartirla con sus seres queridos que han fallecido.
Por cierto, el mes de noviembre en México ha empezado con lluvia y con una bajada de las temperaturas. No se trata de un frío extremo ni mucho menos, pero sí se ha notado el cambio. Hoy, por ejemplo, el día está muy gris. Mi idea es seguir buscando trabajo y fijarme en todas aquellas cosas que me siguen sorprendiendo. Por ejemplo, leí que la Ciudad de México está sobre un lago y que muchos de los boquetes que hay en las calles y aceras es debido a la corriente de aguas que hay por debajo.
De momento sigo teniendo la capacidad de evitar los hoyos y de no doblarme los tobillos, aunque llevo casi dos meses aquí y el tema de la respiración todavía me afecta. Ayer hice un test de 10 km y no pude seguir un ritmo de 4'35-4'40 por km y tuve que bajar. Es una sensación de ahogo, de que te falta aire, a pesar de que salí a primera hora de la mañana para evitar una mayor contaminación. Pero la altura me mata.
Mi aventura sigue. Debo buscar pronto una habitación y tratar de seguir haciendo contactos. Por lo demás, intento entender por qué existe en el sistema de trabajo mexicano la manía de que primero tienes que hacer una prueba y que, en muchos casos, es sin cobrar. O por qué hay que dejar propina sí o sí en los establecimientos. Supongo que al final tendré una respuesta. Seguiremos informando.
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