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La música es mi fiel compañera en Ciudad de México

La música es mi fiel compañera. Gracias a ella puedo soportar mejor los días. A lo mejor es difícil de entenderlo, pero es así. Intentaré explicarlo.

Con ella voy a todas partes. Si tengo un día malo, de bajón como se suele decir, siempre aparece esa canción que me pone las pilas y me ayuda a intentar ver las cosas de otra manera. Ayer, por ejemplo, quedé con un señor para que me enseñara dos habitaciones que tenía disponibles en Coyoacán. Cuando llegué me encontré con la sorpresa de que ya las había alquilado. Lo mejor fue su respuesta: "No te avisé, lo siento. En México somos así".

Tenía dos opciones: decirle de todo o darme media vuelta y marcharme como si nada. Opté por la segunda opción. Menos mal que, en el momento de ponerme de nuevo los auriculares sonó la canción "Uglier" de Redd Kross. Miré a mi alrededor para que no me viera nadie y empecé a cantar como si estuviera poseído.

El otro día leí una frase que me gustó: "La música te permite no estar triste". Y así es. Puesto que llevo poco tiempo en Ciudad de México, tengo muchos momentos de soledad. Puede ser que mi originalidad no sea mi fuerte y combata esos momentos con música. Pero es así. Con ella también me permite interpretar lo que estoy viendo cuando estoy por la calle, en el metro, en el metrobús o en un pesero ( que es un tipo de furgoneta con un ruido ensordecedor. En muchos casos la gente lo toma sin estar en una parada fija, sino que pueden pararlo allá donde se encuentren).

La Ciudad de México está dividida en delegaciones que, a su vez, están divididas en colonias. En estos momentos os estoy escribiendo desde la Colonia San José Insurgentes que pertenece a la Delegación Benito Juárez. O sea que, para que os podáis hacer una idea, vivo en la zona suroeste. Pero estoy de manera temporal.

Por lo general, la gente me dice que lo mejor sería que viviera en colonias como La Condesa o Roma, más al norte. Las dos primeras son bastante europeas puesto la gran mayoría de emigrantes europeos viven allí. También es la zona en la que viven artistas y gente bohemia. Personalmente me gusta más Coyoacán, que está en el sur. Me recuerda a un pueblo y no la veo tan agobiada de gente y de coches como en las otras colonias. Pero el problema de esta ciudad es que conviene que vivas cerca del lugar de trabajo para no tener que pasarte media vida yendo y viniendo de casa al trabajo. Así que seguramente tendré que jugármela y elegir una colonia sin saber cuándo y dónde voy a trabajar.

Por lo demás, cada día aparecen anécdotas y curiosidades. Por ejemplo, he aprendido una cosa muy importante: cuando vuelva a quedar con un mexicano, antes de salir de casa llamaré para asegurarme que no me van a dejar plantado. El pasado domingo había quedado con un chico para que me vendiera una entrada del Corona Capital, un festival de música independiente que se celebró el fin de semana anterior. El lugar del encuentro era una parada de metro. Llegué, me esperé una hora y el chico no apareció. La música que llevaba puesta en mis oídos ayudó a contenerme.

Otra de las curiosidades es que los coches tienen más derechos que los peatones. Si el peatón está corriendo, todavía es peor. Es curioso que esto sea así si tenemos en cuenta el carácter del mexicano. Por cierto, hoy probé un taco, de nombre cochinita pivil o algo así, y me gustó. Seguiremos informando desde Ciudad de México.

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